OTAN: la cuestión de permanecer en Afganistán (27 08 10)

NUEVO AVANCE TALIBÁN PONE EN CUESTIÓN LA RETIRADA DE LA OTAN

La violencia insurgente y la corrupción en el gobierno afgano centran la agenda

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Apenas unas horas después de que las tropas occidentales de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, por sus siglas en Inglés) anunciaran que habían repelido una fuerte avanzada de la insurgencia talibán, el gobierno de Hamid Karzai informó ayer que ocho policías murieron ante un nuevo ataque de los radicales en Kunduz, en el norte del país asiático.

La fuerza del ataque sorprendió en esta zona, que no se encuentra en el corredor del sur y del este, territorios tribales donde los talibanes han constituido tradicionalmente la fuerza social y política hegemónica.

La ampliación de las zonas de actuación de las guerrillas del islamismo radical hacia el norte, en los últimos meses, constituye un síntoma del buen momento y la recuperación de fuerzas que están experimentando, a pesar de la presencia reforzada de unos 150.000 soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el país.

El miércoles de esta semana, un talibán infiltrado y con uniforme policial afgano mató a dos Guardias Civiles españoles y a un intérprete en el noroeste, en una acción que ha vuelto a cuestionar la permanencia de las tropas ibéricas en el conjunto militar aliado.

Además, para la opinión pública española, la muerte de los guardias civiles ha puesto en evidencia la dificultad de las tropas extranjeras para avanzar en la misión encomendada, que se centra en la formación de las fuerzas de seguridad afganas frente al repliegue, que el gobierno del presidente norteamericano Barack Obama sigue manteniendo en agenda para julio del año que viene.

El incremento de la actividad bélica de los talibanes, que ha implicado la muerte de más de 950 civiles en el primer semestre de 2010, ha generado que algunas voces importantes en el frente de batalla –como la del propio general David Petraeus, comandante en jefe de las fuerzas norteamericanas y de las aliadas de la OTAN- manifiesten dudas sobre la oportunidad de un repliegue para mediados de 2011, ya que ello implicaría muy probablemente dejar la situación en manos del avance talibán.

El martes de esta semana, el comandante de los marines norteamericanos, general James Conway, aseguró que la fecha fijada para el repliegue “alienta al enemigo”, y ha admitido que muchos en el Pentágono (el ministerio de Defensa norteamericano) opinan que Obama ordenará el retiro de un número mínimo de marines, y que el grueso de la misión afgana permanecerá en el país asiático más allá de 2011.

Estas noticias se conocieron al mismo tiempo que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha estado realizando pagos, durante los últimos años, a un importante asesor del presidente Hamid Karzai, Mohammed Zia Salehi, que se encuentra denunciado en varios casos de corrupción, según reveló el matutino The New York Times ayer.

Que Salehi, amigo personal de Karzai y jefe del Consejo Nacional de Seguridad afgano esté a sueldo de la CIA, denota hasta qué punto la normalización institucional en Afganistán está lejos de alcanzarse.

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nelson.specchia@gmail.com

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