El ex dictador es apresado al intentar huir de Sirte. Imágenes de celulares lo muestran vivo y luego con dos disparos en la cabeza. El joven de 18 años que lo ultimó es entronizado como héroe. Uno de los hijos del coronel también acribillado.
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Finalmente, la guerra civil que se había instalado en Libia tras el alzamiento insurgente de Misrata, a principios de año, comenzó ayer a terminar, con el apresamiento y la muerte del coronel Muhammar el Khaddafi.
El ex gobernante, que instaló en el país norafricano un régimen político sui generis, originariamente con pretensiones de revolución socialista pero que terminó decantándose en una autocracia personalista asociada a su figura, se mantenía como prófugo en escondites secretos desde que las tropas rebeldes, con apoyo aéreo y táctico de la Alianza Atlántica (OTAN) se hizo con el control de la mayor parte del territorio.
En ese escenario, se especuló sobre las posibles salidas de Khaddafi hacia el exilio –como efectivamente lo hizo parte de su familia y de su Estado Mayor- o sobre las posibilidades de que hubiera encontrado refugio entre su propia tribu, los Khaddafa, que tiene presencia mayoritaria en la ciudad de Sirte.
La resistencia que mostraba este enclave ante la avanzada rebelde fue apoyando esta posibilidad durante las últimas semanas, y quedó demostrada en la víspera.
El coronel, como había manifestado en algunos comunicados que logró filtrar hacia emisoras árabes extranjeras, permanecía en territorio libio y alentaba una reacción contra la insurgencia rebelde.
En la mañana del jueves, ante el estrecho cerco que los rebeldes mantenían sobre Sirte, el núcleo más cercano al ex mandatario decidió abandonar la ciudad y preparó una caravana de automóviles fuertemente pertrechada, para intentar romper el cerco rebelde y, se presume, que con la intención de tomar la ruta del desierto hacia los oasis del sur del país, desde donde podrían haber pasado a Níger, como lo hiciera un convoy con el alto mando militar khaddafista hace poco.
Sin embargo, a escasos tres kilómetros del borde de la ciudad, la caravana fue atacada por el aire (la OTAN confirmó que un “drone” no tripulado atacó a un convoy que abandonaba Sirte), que la desarticuló.
Muhammar el Khaddafi y algunos de sus allegados más cercanos, como el ex ministro de Defensa, Abu Bakr Yunis, huyeron a pie y se ocultaron en unas cañerías de desagües cercanas. Las tropas rebeldes, que habían presenciado el ataque aéreo, comenzaron a perseguirlos, y lograron dar con el grupo cuando de las tuberías salió un combatiente khaddafista denunciando a los gritos que el coronel se encontraba oculto allí. Las imágenes difundidas por la cadena Al Jazeera muestra al ex mandatario vivo, apresado por los rebeldes, cubierto por unas ropas marrones.
Las imágenes siguientes ya mostraban el cadáver del coronel, con impactos de bala en la cabeza, el cuerpo y las piernas. Otras imágenes de la misma cadena mostraron el cadáver de su hijo Mutassim, que supuestamente integraba el mismo convoy y fue ultimado por los rebeldes en las afueras de Sirte.
Los líderes del Consejo Nacional de Transición (CNT) confirmaron la muerte del ex mandatario, de 69 años, y el definitivo derrocamiento de su régimen autocrático, que se extendió por 42 años en Libia.
Cuando la noticia de la muerte del ex dictador fue confirmada, diversos líderes salieron a expresar el deseo de la comunidad internacional de que este hecho aporte a la pacificación de Libia, y al inicio de un auténtico proceso de institucionalización y democratización del país.
Obama ofrece “cooperación”
A media tarde de ayer, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, convocó a una corta conferencia de prensa en los jardines de la Casa Blanca, para confirmar la muerte del coronel Khaddafi y para anunciar que la reconstrucción del país norafricano, tras el fin de lo que calificó como “un largo y doloroso capítulo”, contará con la cooperación de su gobierno.
Obama insistió en que los libios tienen ahora la oportunidad y la responsabilidad de construir un país “inclusivo, tolerante y democrático”, y pidió llevar adelante una “transición estable”.
El líder demócrata concluyó sosteniendo que los libios “ganaron su revolución, ahora nosotros seremos sus socios en la reconstrucción”, dijo.
Por su parte, la Alianza Atlántica (OTAN), que ha jugado un papel determinante en la caída del régimen de Khaddafi, ha convocado para hoy una reunión de embajadores, en la que tratará la nueva situación en el país tras la muerte del ex mandatario.
Algunas fuentes diplomáticas aseguran que el presidente Obama no quiere extender la operación “Protector Unificado”, que dio cobertura militar y logística a los rebeldes del CNT, más allá de la desaparición del régimen y de la persona del coronel.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, llamó ayer a la reconstrucción nacional libia y a la protección de la población civil, sin dar detalles sobre los plazos y fechas de culminación de la operación.
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Twitter: @nspecchia
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